El Congreso ha aprobado la nueva ley hipotecaria, transponiendo así una directiva europea de hace 3 años. Entrará en vigor dentro de 3 meses y las principales reformas están marcadas por una fuerte protección del cliente frente a la banca: endurece los requisitos para iniciar el proceso de embargo (hará falta el impago de entre 12 y 15 mensualidades o entre un 3% y un 7% del valor del préstamo), abarata la amortización anticipada de la hipoteca, rebaja los intereses de demora, obliga al banco a costear todos los gastos salvo la tasación, prohíbe las cláusulas suelo y facilita el cambio de una hipoteca variable a una fija.
También impone al cliente que firme ante notario que entiende todas las condiciones del Crédito, una forma de blindar a los bancos frente a possibles demandes judiciales.
El Ministerio de Economía tendrá todavía que desarrollar el detalle en un real decreto y una orden ministerial que se aprobarán «en el menor tiempo posible», según ha declarado la ministra de Economía, Nadia Calviño.